Entradas

Mostrando entradas de 2017

Me desnudaste

Imagen
Tú lo cavilabas, yo apenas lo percibía. Tus intenciones eran obvias, adjudicarte un riesgo vedado. Te afanaste por estar en primera fila, pero discreto, agachado, ahí, donde solo yo te veía. Poco a poco, el disimulo parecía sobrar, era evidente, para ti y para mí, pero también para el resto. En nuestro pequeño silencio, un silencio de dos y un escándalo de muchos. Ahí, en la intimidad, donde todo lo que decíamos era la utopía del otro. Dejando atrás los miedos, la incertidumbre, los caminos y las opciones. Me desnudaste. Me desnudaste en un instante, que fueron meses. Un instante que acabó en un segundo, que transitó, como un parpadeo, breve e imprevisto. Un inmediato, que acabó de manera simultánea con nuestros labios, cuando escribíamos en nuestras memorias, las promesas de los “para siempre” Promesas, que parecen siempre venir defectuosas. Parecieran no tener validez, o veracidad. Palabras, cargadas de tanto. Aunque a veces se queden en el papel. Palabras, que, sin

Dios Sabrá cuanto te amo.

Imagen
Esta historia NO esta basada en hechos de la vida real. Disfrutenla, y no se pierdan  Y le decía negro, como el café

Y le decia negro, como el café

Imagen
Luego de todo esto, está el café, con su aroma, su color, su sabor. Sin mucha azúcar, sin excesos, natural, recién molido. En la justa medida, perfecto para todos los gustos. Sin embargo, el café también se derrama. ¿Será que derramamos el café? Él, ¡Dios, como me mata ese hombre! Mi negro, negro como el café, tal vez nunca se preguntó porque le decía así. Café que no tiene dueño, que es deseado por muchos, pero que puede ser tan amargo o dulce como lo desees, en mi caso, este café era tan amargo o dulce, como el miedo permitiera. Este café que es de todos, pero puede hacerse tan propio mientras lo pruebas, que lo sientes tuyo. Él, con quien me perdía en canciones, en historias, en emociones. Dueño de mis sueños, despierta en la mañana, y mis desvelos, en la noche. Dueño de aquellos momentos, en los que me perdía en la inmensidad, de este cielo estrellado, bajo aquella luz amarilla, luz de luna, que me hace sentir en nubes, bailando o escuchando una y otra vez

Nuestro eterno infinito, aunque ni eterno, ni infinito.

Imagen
Lo dije y lo sostengo, un sentir disímil es más dañino que un amor no correspondido. En el escrito anterior, vimos cómo se puede herir sin querer y querer sin ser correspondido. En este advertiremos, como el amor se puede evitar. Con él, viví un sentimiento destructivo, pero seductor. Si dos corazones hacen contacto en el momento exacto, a través de las miradas, debes saber que estás perdido, pues lo que vendrá será difícil de parar. De momentos inesperados, pero totalmente oportunos, surgió aquello que pudo ser “El amor de mi vida” La aventura y la novedad impregnaron nuestros encuentros y el sentimiento, sin avisar, abandonó nuestros cuerpos, tomando las decisiones y obrando sin consultar al patrón, que era el cerebro. Lo sé, parecía amor. Lo sé, tal vez él me amaba. Pero el miedo, ese astuto sentimiento, le ganó a la certeza y se instaló en nuestra confianza. Casi sin avisar, casi sin pensarlo, la pasión y la concupiscencia empujaban con astucia. Pero cuando

Endulzando mi desabrido sentimiento, y le llamaste amor.

Imagen
Nadie hacia las sardinas tan saladas como mi madre, y el arroz tan desabrido. Quizá una de las primeras lecciones, es que, en la vida, es necesario vivir los excesos, para anhelar conocer la medida correcta. Yo viví un exceso, de los que pueden ser dulces, desde un punto de vista de “Empalagamiento Masivo” sin embargo, al terminar lo que sea que sucedió, el sabor no era dulce, era salado, tanto, como las sardinas de mi madre. En un saludo, bastante apenado para los dos, comenzó todo, tal vez porque ya estaba bastante predispuesta. De miradas y sonrisas comprometedoras tengo mucho que decir, pues lo que para mí era bochorno, para él era señal de gusto. Y no lo niego, la atracción existía, sin embargo, un sentir disímil es mas dañino que un amor no correspondido. Con mis miradas, te envolví. Con mis sonrisas, te atrapé. Entre palabras y otros hechizos, cuando lo noté, me pertenecías. Cuanta maldad, tras un sentimiento, así lo veía el mundo, el tan bueno, ella tan desc

Ex Nihilo Nihil Fit - Nada Proviene de la nada.

Imagen
Como muchos, también lo cuestiono. “El principio de todo”. Son tantos los que ven esto como una verdad. Es incluso un poco más fácil, ver la nada como origen y no darle nombre. Pero… ¿qué es esa nada? Como puede algo que no es, ser. Cómo es posible que tanto proviniera de lo que parece ser poco, mejor aún, lo que no es. Es curioso, ser el todo y la nada, pero más curioso es intentar comprenderlo. Como con Dios, él que es el arché, alfa y omega, todo y nada. Viendo claro, la nada como un todo que es principio. Y si Dios es Amor, entonces el principio y el fin, es el amor. El todo y la nada, es el amor. El origen que tanto deseamos conocer, en definitiva, puede ser fruto del amor. Entre grandes historias, la creación… pero hoy no hablaremos de ella, hablaremos en particular, de otra historia de amor. Es mi historia, pero es también, la historia de todos aquellos que saben lo que es amar. Que saben, como se puede ser todo y nada, entendiéndolo, bajo la perspectiva del in

La Sombra de una Certeza

Imagen
D ijiste que te gustaba la música alternativa, en ese momento jamás se me ocurrió, qué como la música, yo también pasaría a ser eso, la alternativa de una opción. Nunca imagine futuro, no había posibilidad, pero bajo la luz de la luna, justo antes de dormir, tras tu mensaje de buenas noches, sonreía, sabía que, en la infinidad de nuestros días, el amor perduraría, pues en palabras, compartíamos la certeza de conocer el amor. Palabras y más palabras, me abordaban y alegraban. Tus sentidos en los míos, tu pensar, tu cariño, éramos uno. Entre el choque de sentimientos, me inundaban las preguntas, cómo hacer si ese valioso corazón me dejaba, sin opciones, sin llevarse consigo mis sentimientos, cómo haría si otra descubría lo que yo vi, sabía que podría soportar, sufrir, esperar, como en la biblia lo había aprendido, pero, si de eso se trataba el amor, ¿qué tenía yo que esperar? Estaba decidida, viviría la peligrosa condena. De cualquier forma, no era una pregunta, no era una inte

Amistad.

Imagen
Un Vigor afín, un destino en construcción. Construcción mutua, que se descubre y redescubre Amistad que continuamente destapa la visión, guía de la oscuridad, a la luz, que, hacia el faro, el camino, la verdad y la vida, nos orienta, que, a guiarnos por la luz correcta, nos transporta. “Si quieres, hoy me quedo contigo”, repiten nuestros corazones en las buenas y las malas. “Te entiendo” Gritan nuestras miradas, desde que las palabras sobran o si aliento falta. En el silencio, en la distancia, en las penumbras o desesperanzas. La afonía es serena. El camino es corto. El miedo es vano. La amistad da confianza, perspectiva, anhelo. Pequeño gran arcoíris, esplendido tesoro. Socia de la vida, de estos grandes negocios. Voz de mi conciencia, placer del decoro. Me empujas con mis miedos, me lanzas tras mis sueños. Confianza en nuestro perpetuo. Lo que perdura se detecta, lo que se mantiene con el tiempo, se construye con esfuerzo, en nuestro caso, los añ

Ese Castillo

Imagen
En este castillo, donde todos te ven y te aprecian. Eres una princesa, eres lo que todos se plantean. Eres aquello que has creado. Pero realmente, ¿conoces que eres? ¿Realmente quieres ser, lo que todos quieren que seas? Todo este tiempo, bajo una idea, bajo reglas, bajo lo coherente y lo normal. Tanto de este tiempo, con ideales, con metas, con proyectos. Creíste que seguías tu corazón, paraste, revisaste. ¿lo notaste? Sigue vacío ese espacio. Seguir al corazón, nunca viene cargado de instrucciones y notas recordatorias. Pero debes gritar fuerte en tu conciencia, di una y otra vez lo mucho que te apasiona ser feliz. Al Filo de una ventana, vives tu vida como espectadora. Al borde de un balcón, yace tu voluntad, esperando que uno de los príncipes te eche una mano. Optaste bajar del balcón, pero en cada paso que das hacia la libertad, te frenas y vuelves cada vez más atrás. Ese castillo, que son tus miedos, pero al mismo tiempo es tu imagen. Ese castillo

Saca las nubes.

Imagen
En una famosa serie aprendí, que más allá de las nubes el cielo es siempre azul. ¿Hace cuánto le temes a la luz? Te he visto caminar entre nubes, pasear entre incertidumbre, me hablaste, de manera convincente, de aquello que está bien, de aquello que está mal. Hablamos de la felicidad, pero me preocupa como estas viviendo, pues no eres feliz. La felicidad, no es una utopía, la felicidad no es una meta. La felicidad, debe dejar de ser el futuro anhelado, pues no es más que un presente perenne. Pasamos la vida, en la relatividad del tiempo, anhelando. Pasamos el tiempo esperando, trabajando en pro de alcanzar la felicidad, pero muchas veces abandonamos lo que amamos por ser fieles a aquello que promete hacernos felices a la larga, cuando en realidad, nada que no te haga feliz hoy, te hará feliz mañana. Claro, es necesario saberlo, la felicidad también tendrá momentos de frustración, de esfuerzo y de miedos, pero la plenitud que se siente al ser lo que debes ser, da paz y

Ellos

Imagen
Me disipé en esas sonrisas, el fondo, la felicidad. Al ton y son, del vibrar que todo lo produce, que todo lo ve. Done mi voz, done mi voluntad, done mis fuerzas. Mi Cómo, cuándo y dónde, lo designaron ellos, Dios solo obedecía la necesidad. Mi amor se volvió un plural irreversible. Mis juicios siempre en pro, nunca en contra. Lo justo y lo injusto, trastabillaban y se relativizaban, intentando doblegar mis fuerzas, cuando un par de ojos brillando suplicaban o clamaban comprensión. Me descubrí, cuando los comprendí. Me encontré en esas canchas, en esos patios. Dilucidé buscarme entre paredes, paredes que simbolizan no tenerlos. No soy yo. No me encuentro. Se bien que es ahí, que mis oídos anhelan el sonido del balón, el tintinar de ese par de colitas o los gritos a mi alrededor. Sé al dedillo, que mi piel anhela esa calidez, esos abrazos, ese peso en mi espalda al jugar a los caballitos. Estoy al cabo de los hechos con la deuda que tengo, debo compensar tan

Fiesta en mi Alma

Imagen
Ambos, sinónimo de locura, ser raros es nuestro don. Dueños de algo clandestino, que desafía el tiempo, que reta la distancia. Con solo mirarnos, nos perdemos los dos. Nos reímos y no sé qué decir. Me besas, me miras, me abrazas, suspiras. Mariposas que se pasean de ti a mí, sin tocar puertas, sin pedir permiso. Sentimientos bandidos, que nos atracan la vida. Una fiesta en mi alma, una fiesta en ti. “Déjame bailar esta pieza contigo” lo dices ahí parado, mirándome a los ojos tan fijo, como ese día, el día que me besaste. Juegas conmigo, que juego tan puro. Miramos al cielo y nos unimos en él. En esa estrella, en esa constelación. Rodamos por el césped, bailamos con la música. Contigo se me acelera el corazón, siento que verte bastara, pero me besas y me dices que tu sientes lo mismo, todo se relativiza, siempre hay más. Corremos en el prado, bailamos esta fiesta. La música que nos atrapa, nos envuelve, en un swing distinto, que fusiona, que estremece.

Retumba en la tumba.

Imagen
Taladran mis oídos las hojas, que arrastradas por el soplo del viento me arropan de soledad. Un grito me penetra, desarma, desespera, me aprisiona. ¡Es tarde para correr! De pequeño mi mamá me lo advertía con tesón, quien fuera inteligente habría escuchado. Cual campanas de condena, el oscuro clima nos envuelve. ¡Vaya frio perspicaz! Mi vida ha girado frente a voces, paralizadoras. Que me gritan en este frio, que me detienen en un ruido silencioso que va creciendo con recelo. ¡Si este temblor se detuviera! ¿Qué pasaría si encendieran la luz y el piano dejara de tocar? ¿Qué pasaría si, por el contrario, el piano siguiera sonando, tecla por tecla? ¿Si los gritos no se detienen y las luces del carro no dejan de titilar? ¡Qué dilema, hoy no sé a dónde correr! Es tarde. Craquean las ranas y cantan los grillos, las dudas siguen rechinando en mi memoria. Vacilando, decido como actuar, pero las huellas de mis actos dejan marcas, huellas que como uñas se marcan en el pizarrón.

Aunque ya no te tengo, te me vas...

Imagen
Siempre Tuvimos miedo a enamorarnos, pertenecernos o equivocarnos. En ningún tiempo confesamos, pero nos enamoramos. Sin dependencia, ni títulos, nos pertenecimos. Lejos de cualquier señal de valentía, nos equivocamos. Hoy me dices que te vas. Me has dejado abrumada. Te me fuiste tiempo atrás, me hice la fuerte y no dije nada. Luego creció la amistad, las raíces se formaron. De modo que, siendo amigos, olvidamos el pasado. Ahora que todo es normal, nos queremos, nos amamos. Vuelves para preguntar, ¿Qué tal tu vida? ¿Cómo has estado? Sin esperar la respuesta, un mensaje me ha llegado. Me dices que pronto te vas, todo está listo y programado. En mi estómago, un remolino estremece con su marcha. mi corazón, ya es un redoblante que va a ritmo titilante. Y en mi mente los pensamientos en estampida colisionan. Llegas sin nada de tiempo diciendo que ya te vas. Otro país te espera, dices que me extrañaras. El corazón se me escapa, nada puedo alegar. Si en m

La Absurda Magia de Nuestro Vals

Imagen
Una mirada tomó mi cintura, una sonrisa se posó en mis hombros. Sin invitarme previamente, sin comunicar o pedir mi mano. ¡Qué osadía, caballero! Sin infortunio gritó mi pavoneo. De un “había una vez” y un “vivieron felices para siempre”, al argumento de la duda. Con sus palabras comenzó la danza. Pomposa y elegante. Estar al tanto del otro, de gustos y disgustos, era la pista de fondo. Del azul y la escarcha, de la pobreza y la realeza, a romper estereotipos, normas y ordenanzas. Al saber al dedillo, vacilamos continuar, ¡Oh terco destino, ya no queríamos frenar! Una pieza seguía, el romance la empañaba. Nuestros pasos direccionados en opuestas direcciones, se frenaron y viraron a cruzar sus intenciones. Nuevamente tu sonrisa arropaba mis emociones y tu mirada mi pecho, lo sofocaba en palpitaciones. ¿Sólo un baile caballero? Decía trastabillando, sin saber si la respuesta podría ser de mi agrado. En silencio permaneció, con arrogancia discreta. De lo escri

Reir para no llorar.

Imagen
Esta es la historia del diario de incontables vidas que coexisten, como dirían por ahí “en este país, mi país, tu país” Ese de la espuma, de las garzas, de las rosas y del sol. El del cuatro, las maracas y el arpa, de las grandes extensiones de terreno, del petróleo abundante y los minerales tan diversos como los biomas. Esta es mi historia, el cuento de cómo tuve que cenar en una servilleta, pues como de costumbre escaseaba el agua. Pensarán ¿Qué puede tener de malo? Y mi respuesta es clara, mi rostro lo expresó, decía con tenacidad “Servilleta no me ganarás”. Me encontraba comiendo mi arepa y lo noté, toda la salsita se la había chupado el papel, no es justo, yo pretendía sorber la jugosa salsa, por lo que procedí a devorar mi comida, sin deleite, llevada seguida y tristemente a la vergonzosa obligación de botar el juguito que era uno con el papel.   En otras condiciones, habría empapado mi arepa en salsa, pero como el gobierno nos ha dado una donación de patria bastante dotad