Amistad.

Un Vigor afín, un destino en construcción.
Construcción mutua, que se descubre y redescubre
Amistad que continuamente destapa la visión, guía de la oscuridad, a la luz, que, hacia el faro, el camino, la verdad y la vida, nos orienta, que, a guiarnos por la luz correcta, nos transporta.
“Si quieres, hoy me quedo contigo”, repiten nuestros corazones en las buenas y las malas.
“Te entiendo” Gritan nuestras miradas, desde que las palabras sobran o si aliento falta.

En el silencio, en la distancia, en las penumbras o desesperanzas.
La afonía es serena.
El camino es corto.
El miedo es vano.
La amistad da confianza, perspectiva, anhelo.

Pequeño gran arcoíris, esplendido tesoro.
Socia de la vida, de estos grandes negocios.
Voz de mi conciencia, placer del decoro.
Me empujas con mis miedos, me lanzas tras mis sueños.

Confianza en nuestro perpetuo.
Lo que perdura se detecta, lo que se mantiene con el tiempo, se construye con esfuerzo, en nuestro caso, los años han escrito con sus manos, una historia que no acaba, ni borrando las memorias.
Mentes que se saben, gestos que se deducen, miradas que dicen todo, aunque ambas parloteen tanto como conocen.

Amigas, no las de un día para otro, aunque así surgiera, aunque así empezara.
Amigas, no las que dicen lo que la otra quiere escuchar, aquellas que cachetean verbalmente si es necesario.
Amigas, tan distintas y tan iguales, la dupla perfecta en sus estilos tan disímiles.

Juntas, prendiendo fuego al mundo entero.
Arrasando con lo que sabemos, soñamos, queremos.
Juntas, en los consejos, cuando decimos que entendemos o cuando no estamos de acuerdo.
Juntas, sin mentir, tan singulares, tan opuestas.

Nadando contra corriente, corriendo contra la masa, por esto nuestra amistad, sorprende, arrasa y se contagia.
Felicidad, que es solo consecuencia.
Risas que son terapia, pero perpetuamente presentes.
Y las mentiras que ya no existen, pues se descubren en las miradas.

La amistad, se contagia como un virus.
La amistad, es la simbiosis perfecta.
La amistad, es amor verdadero, que guía a los sueños y empuja en los miedos.

La amistad, no es exclusiva y es lo bonito de esta, que mientras más somos amigas y más amigos tenemos, más grandes es nuestra red, por lo tanto la distancia y el tiempo, serán tan relativos como el cariño que nos tenemos. 



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