Dios Sabrá cuanto te amo.
Esta historia NO esta basada en hechos de la vida real.
Disfrutenla, y no se pierdan
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Y le decía negro, como el café |
La pachamama tembló. Nos conocimos.
Las nubes abrían paso a un azul limpio, infinito a la vista, la sensación de calor y frio recorría nuestra piel, la brisa rozaba con delicadeza mi espalda, cubierta por una camiseta de fina tela y a tí, tus brazos, desnudos desde la altura en la que la franela daba paso a la piel, suave brisa que indudablemente, se hacía sentir. Nada de esto era obvio para el resto, nada de esto era obvio siquiera para nosotros, que inundados por las sensaciones del medio, nos perdimos en la admiración del uno por el otro. Tú componías la letra de una gran historia, que yo con mi voz, haría canción, formando la armonía perfecta para una poesía, que los más grandes trovadores querrían llevar, con un tambor en el pecho que retumbaba al compás de la locura y un pincel en la memoria que dibujaba cada detalle, para exponer la galería más amplia y transcurrida en los días porvenir.
Juntos, éramos un agujero de gusano, un atajo a través del espacio y el tiempo. Alrededor, la gente pasaba, el tiempo corría, los colores se movían, pero ¿Qué era el paso del tiempo? ¿Qué era el transcurrir de momentos? ¿Qué era la vida afuera de la burbuja que se formaba a nuestro alrededor?
Tú me acariciabas con la mirada, disfrazándome de lienzos y pentagramas, narrándome a tu memoria como una madre a su hijo. Tú certero, con dudas, yo dudando con certeza, pero juntos como rompecabezas, conseguimos respuesta a las flaquezas. Logré abrazarte con mi voz, dirigir cuan faro con mi sonrisa, tropecé constantemente en las palabras, pero las pronuncié con seguridad, sin marcha atrás. Perseguí mis sueños con constancia, como Barloventeño al tambor.
Poco a poco, con la confianza como costurera, los caminos que alzaron el vuelo de sitios diferentes, se cruzaron y alinearon. Ambos, amantes de la naturaleza, las montañas y la belleza pura, amantes de las pasiones, el arte y los amores, amantes de la locura, las largas charlas y las risas. Dios conspiró, Dios nos unió, Dios nos enseñó y nos guio.
Cuánto dudamos y tropezamos, cuánto caímos y volteamos para dar vuelta atrás, cuánto nos engañamos y creímos que era tarde, pero el camino parece seguir, parece ser el camino, a pesar de ser uno el camino, a pesar de su estrechez, parece dar espacio para ir hombro con hombro, parece dar espacio para caminar acompañado. Nuestros ojos delatan un mismo sentir, no me quiero apartar, pero nuestras realidades gritan, dicen “Sepárense” “Esta mal”. Tras regaños y tormentos que desde afuera provienen, los encuentros y las risas, se han vuelto clandestinas. Sin dudas, ni comentarios, el mundo entero sospecha, pues la pasión se delata con solo mirarnos y entender que tal vez no hay respuesta.
El universo conspiró, pero nuestra vocación no incluye al otro, tu presidirás eucaristías, y yo serviré con alegría, y Dios que nos impulsa a una opción vocacional, sabrá que somos felices a pesar de estar separados y que nos podamos amar.
Sonríe cuando me pienses que yo así lo haré, pero no me pidas que deje, lo que sin saber de ti comencé.
Querido Amor, sé que pronto acabarás tu formación, así que informándote que tambien acabará pronto la mía en el convento, me despido.
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Original de Letras Color Café |
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