Y le decia negro, como el café
Luego de todo
esto, está el café, con su aroma, su color, su sabor.
Sin mucha
azúcar, sin excesos, natural, recién molido.
En la justa
medida, perfecto para todos los gustos.
Sin embargo, el
café también se derrama.
¿Será que
derramamos el café?
Él, ¡Dios,
como me mata ese hombre!
Mi negro,
negro como el café, tal vez nunca se preguntó porque le decía así.
Café que no
tiene dueño, que es deseado por muchos, pero que puede ser tan amargo o dulce
como lo desees, en mi caso, este café era tan amargo o dulce, como el miedo
permitiera.
Este café que
es de todos, pero puede hacerse tan propio mientras lo pruebas, que lo sientes
tuyo.
Él, con quien
me perdía en canciones, en historias, en emociones.
Dueño de mis
sueños, despierta en la mañana, y mis desvelos, en la noche.
Dueño de
aquellos momentos, en los que me perdía en la inmensidad, de este cielo
estrellado, bajo aquella luz amarilla, luz de luna, que me hace sentir en
nubes, bailando o escuchando una y otra vez nuestra extraña melodía.
Tú, que me
prometías.
Tú, que te
prometías.
Tú, que
conmigo descubriste este buen café.
Nuestro café,
de melodías.
Nuestro café
de Letras.
Letras Color
Café.
Tal vez hasta
ahora, el grano de café, estaba muy verde.
Tal vez hasta
ti, no estaba lista para beber café.
Ese café que
impregna todo a su alrededor, que provoca, que deleita.
Lo nuestro es
café puro, y todo aquel que se ha enamorado, seguro conoce el sabor de ese
café.
¿Cómo no
anhelar un café eterno?
Tal vez el
nuestro no sea el mejor ejemplo, pero son tantos los que, aunque derraman gotas
de su café, saben hacer que perdure todas sus vidas.
Yo, no sé si
derramamos unas gotas del nuestro, pero al menos yo, sigo impregnada de él.
Impregnada
esto, de lo poco que fue mucho, y de tanto que pasó en tan poco, el tiempo y el
ser, son como la nada, casi indescriptibles, pero basta vivir el amor para
entenderlos.
Basta
amarnos.
Amarnos y
saber qué, aunque no “Somos nada” podemos serlo todo.
Amarnos y
entender por qué nos sentimos uno al lado del otro, mirando la misma película,
riendo al unísono, a pesar de que cada uno se encuentra “solo” frente al televisor
a miles de kilómetros.
Amarnos y
entender que los minutos juntos pasen tan rápido y los días lejos, sean una
eternidad.
Amarnos y
vivir, vivir esta certeza, en la cual uno está para el otro, aunque las cosas
cambien, aunque no estemos de acuerdo, a pesar de la pelea, y si tenemos miedo.
Uno para el otro, aunque las promesas se hayan roto, junto a mi corazón. Uno
para el otro a pesar de ser “Nada”. Pero sé, que somos la nada que siempre
anhelé, la nada que todo lo espera, que todo lo sufre, que todo lo perdona.
Nuestra nada me enseñó, que la amistad y el amor, son intensas, como el café.
Y esta nada,
que me hace anhelar un café, que me quita el frio, cuanto me ha enseñado.
¿A ti, no te
provoca impregnarte del amor, como se impregna la sala del café?
¿No deseas la
calidez humeante?
Se siente increíble,
este buen sabor, que inspira y sana el corazón.
Cuando es
amor, es una certeza.
Cuando
amamos, la locura firma y obra, toma la batuta y lleva a cabo el complot de nuestras
melodías.
Bello, bello, me encanta!
ResponderEliminarComparte para que muchos mas puedan conocer las letras color café. Te recomendamos leer: "Me desnudaste"
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